17 Abril 2012

Los arrantzales venden la mitad de su cuota de atún y aseguran unos ingresos mínimos

La flota vasca ha decidido finalmente vender la mitad de la cuota de atún rojo de que dispone para pescar este año en el Atlántico a la empresa de engorde de Cartagena (Murcia), Ricardo Fuentes e Hijos, la primera que mostró interés por adquirir los derechos de pesca de los arrantzales y que busca incrementar su nivel de actividad para vender el pescado en EE UU y, sobre todo, Japón, donde lo puede colocar a unos precios muy superiores (entre 27 y 30 euros por kilo frente a los escasos seis que reciben los arrantzales en lonja).

La propia compañía confirmó ayer a DV que había adquirido esos 225.000 kilos de cuota previo pago de 10 euros por kilo. Así, la flota vasca se ha asegurado este año unos ingresos de 2,25 millones de euros antes de salir a faenar en la campaña de verano. El sector tiene la opción de vender la totalidad de la cuota (otros 225.000 kilos), ya sea a la misma Ricardo Fuentes o a otras dos compañías, de Tarragona y Cádiz, que también están dispuestas a pagar ese precio por hacer uso de ese permiso de pesca. Pero en estos momentos los arrantzales se decantan por hacer uso ellos mismos de la cuota para no cesar en una actividad tradicional.

Además, el mantenimiento de la actividad pesquera reforzará la imagen que el sector vasco quiere dar a las instituciones y organismos internacionales, ante los que defiende que las artes de pesca tradicionales vascas son un valor cultural y social -especialmente en Hondarribia, donde se localizan la mayor parte de los barcos vascos dedicados al atún rojo-, además de una garantía de sostenibilidad de los recursos marinos, en contra de la sobrepesca que realizan las grandes multinacionales.

Y es que los arrantzales, en colaboración con el Gobierno Vasco, están enfrascados en intentar convencer, en este caso al Consejo Científico del Atún (ICCAT), de la posibilidad de incrementar sus cuotas de esta especie, toda vez que aseguran que hay atún suficiente en el mar y que su modo de pesca no daña la supervivencia de la especie.

En este sentido, el Gobierno Vasco había advertido este fin de semana que vender la cuota «es pan para hoy y hambre para mañana», ante el riesgo de perder credibilidad ante las instancias internacionales.

Hasta hace muy poco, la flota vasca llegó a contar con unas cuotas de 1,5 millones de kilos -más del triple que en la actualidad- que se han visto reducidas notablemente por culpa de la sobrepesca a la que se había sometido a la especie en el Mediterráneo. Por el contrario, los arrantzales realizaban una autorregulación de capturas que imposibilita sacar precios por encima de los 8 euros-kilo en las lonjas.

Con la venta de la mitad de la cuota, los armadores vascos se garantizan unos ingresos mínimos en la presente campaña. Para la otra mitad a su cargo, la flota tendrá que hacer frente a fuertes costes en la compra de un gasóil que sube de precio sin parar y de chicharro para carnada, además de asumir los riesgos inherentes a la actividad. La transmisión de los derechos es temporal, es decir, solo por este año.

«Comprar para sobrevivir»

David Martínez Cañabate, director adjunto de Ricardo Fuentes, mostró ayer su satisfacción por el acuerdo y explicó que «llevamos tres años interesados en adquirir la cuota vasca». Añadió que «esta vez los pescadores vascos se han dado cuenta de la importancia de la operación, dado que las cuotas son ahora tan bajas y pocas flotas rentabilizan sus capturas». Mientras, «nosotros tenemos que adquirirlas para mantenir en actividad nuestras empresas. Este atún, tras su engorde, ofrece altos precios en Japón y EE UU». En este sentido, confirma que «hubiésemos preferido adquirir toda la cuota y no solo la mitad».

En España, las almadrabas y los barcos de cerco son las flotas que están comprando cuotas, concretamente del palangre, cebo vivo del Cantábrico y del Estrecho de Gibraltar.

Fuente: EFE - EFECOM